lunes, 13 de junio de 2011

Sultana

La Sultana imponente observa con tristeza desde su ancestral majestuosidad cómo le desgarran su envestidura sagrada. Llora desconsolada y con melancolía recuerda el paraíso que solía ser. Remanso de viajeros ávidos de aventura que cansados  sosegaban bajo su cordial sombra… Cómplice de amores fortuitos que jugaban al amor bajo tu lecho agreste. ¡No hay consuelo que te alegre! Si tan solo pudieras gritar a los cuatro vientos que te sientes sola y no quieres morir…

1 comentario:

  1. Aún falta mucho para que El Ávila quede sola. Cada fin de semana sus amantes de ocasión y sus enamorados comparten sus placeres con él cuando es Warairarepano o ella cuando es la sultana... No requiere de consuelo, porque su alegría es infinita, más grande que el amor...

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