viernes, 25 de noviembre de 2011

Pena ajena

Con vino celebra el atardecer callado,
que ilumina el sendero del bullicioso silencio
Observa con desdén la llegada del tren
Sabe que se va y más nunca volverá
En su equipaje lleva
De vino una botella
Para embriagarse en la noche
Solitario fantoche
La vida con crueldad
Le muestra su maldad
Y por castigo recibe
Un espejo en que se mire
¡Hay que dolor! ¡Hay que pena!
La doncella le mira
Y en oración le consuela.

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