Joven y salvaje relincha, no se dejará amansar. Presiente que su rebeldía será domada y pronto formará parte del corro triste que un día hizo suyos esos campos de verde alegría. Su mirada muestra destellos de recia agitación y con postura altiva indica al domador que no se acerque…está dispuesto a luchar con bronco pesar mientras su briosa mirada se adueña de las montañas, que como esmeraldas se esparcen frente a él… En una jugada desafía al destino, pero sabe que va a perder…
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